Cerebro del 11-S quiere la muerte

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Fuente: http://www.bbcmundo.com/

El sospechoso de ser el autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre de 2001 quiere que lo condenen a muerte para poder convertirse en mártir, según le dijo al tribunal militar que a partir de este jueves lo juzga.

Jalid Sheik Mohammed, junto con otros cuatro acusados, enfrenta cargos de asesinato, conspiración y terrorismo, los primeros directamente relacionados con el 11-S presentados contra los detenidos en el campo de detención de Guantánamo. De ser encontrados culpables, los cinco procesados podrían ser sentenciados a muerte.

Este jueves fue un día extraordinario en un muy inusual juicio militar. Era la primera vez que Mohammed aparecía ante la prensa desde su arresto en Pakistán en 2003. Su apariencia cambió dramáticamente desde la divulgación de una fotografía de cuando lo detuvieron, en la que salía despeinado y sin afeitar. Ahora está más delgado y tiene una larga barba.

Junto con los otros cuatro acusados se sentó en una fila de asientos separada en la sala del tribunal. Ramzi Binalshib era el único detenido que estaba esposado, y todos vestían atuendos árabes tradicionales.

Centro de atención

Mohammed se tornó pronto en el foco del proceso. Se le veía tratando de comunicarse con los demás acusados por medio de gestos o pasando mensajes.

Cuando el juez, un coronel estadounidense, le habló, él contestó en un inglés claro. Cuando tuvo la oportunidad de hablar, empezó a entonar una oración en árabe, y la tradujo como "Dios es todopoderoso".

Al preguntarle quién actuaría en su defensa, declaró que él "no podía aceptar ningún abogado que fuera parte de la diabólica Constitución de EE.UU.". Añadió que su "equipo legal no era el problema sino el presidente George W. Bush, que estaba en una cruzada contra el Islam".

Años de tortura

El juez le preguntó si se daba cuenta de la importancia de su decisión, pues si lo declaraban culpable podría ser sentenciado a muerte. Mohammed aseguró que entendía muy bien y agregó: "Eso es lo que deseo". Tanto el juez como los abogados lo urgieron a reconsiderar. Hubo momentos en los que la sesión se tornó caótica, pues todos hablaban al tiempo.

Mohammed sentenció que ese no era un juicio sino una inquisición.

Añadió: "Hemos vivido cinco años bajo tortura".