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(Nota recogida del Diario “El Comercio” de Perú. La copiamos aquí no tanto por el valor informativo, sino por lo que nos puede hacer reflexionar sobre el avance desmedido del poder punitivo que viven muchos países, incluido el nuestro. Por lo demás, y esto lo vemos en los discursos políticos, se busca en la pena la solución mágica a un problema –el delito- el cual no debería atacarse en su resultado, sino en sus causas. O sea, combatir el flagelo del delito con educación, inclusión social, salud y trabajo, entre otras tantas cosas. A leer y reflexionar).
Pese a su corta edad, Cristian Fernández ya sabe qué es estar acusado de asesinato de primer grado. Ahora, el menor de 12 años podría pasar toda su vida en prisión por ser el supuesto culpable de la muerte a golpes de su hermanastro de dos años, en un confuso hecho ocurrido en marzo.
El niño es la persona más joven que ha sido acusada de muerte de primer grado en Jacksonville, Florida.
“Es preocupante, pero cuando uno tiene que equilibrar la seguridad de otros niños en el hogar y en la comunidad, no es tan preocupante”, refirió la fiscal estatal Angela Corey, según informó “The Florida Times-Union”.
El reporte de la policía indica que el bebe fue trasladado al hospital el 14 de marzo por agresión de su hermano y dos días después falleció por una fractura de cráneo que le provocó hemorragia cerebral.
LA AGRESIÓN
El parte policial indica que el menor se quedó al cuidado de su hermano mientras su madre identificada como Biannela Susana estaba fuera de casa. Al regresar, Susana encontró al bebe inconsciente y lo llevó al centro médico después de dos horas, tiempo en que limpió la sangre y le puso hielo en la cabeza a su hijo herido.
Por esta razón, la joven madre de 25 años enfrenta cargos por haber intentado ocultar la golpiza, ya que en principio dijo que se encontraba en casa y que el menor se cayó de la cama. Lo que más complica la situación del niño de 12 años es que en enero fracturó una pierna a su medio hermano, razón por la que la justicia lo ha considerado “un adulto”.
“Tenemos que proteger a la sociedad de este hombre joven. Aplicar esta pena a un niño de 12 años es muy triste, pero es el único mecanismo legal que tenemos para proteger a la comunidad. La población tiene derecho a estar protegida de él”, apuntó la acusación que pide que se le trate como un adulto. Si el debiera afrontar una condena juvenil saldría de prisión a los 21 años.
El abogado del menor ha argumentado que él es “una víctima”, pues nació cuando su madre tenía 12 años y estuvo en una casa de cuidados para menores puesto que su abuela era drogadicta. Por si fuera poco, el padrastro del niño abusó de él y se suicidó frente a él en el 2010.
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