¿Cuál es el límite entre la tortura y los métodos de interrogación eficientes?
Esta pregunta fue este miércoles el punto focal de una audiencia en el Senado de Estados Unidos que investiga el uso de técnicas autorizadas por el Pentágono para ser utilizadas en Guantánamo y posteriormente en Irak.
Una de las conclusiones a la que llegaron los legisladores del Comité de las Fuerzas Armadas -que lleva a cabo la investigación- es que estas técnicas se idearon en el Pentágono para ser utilizadas en Guantánamo.
"Me han dicho que la política sobre interrogatorios aprobada en noviembre de 2002 por el entonces secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, fue uno de los factores que permitieron que luego ocurriera lo que vimos en Abu Ghraib", señaló el senador demócrata Carl Levin, presidente de ese Comité.
Objeciones
Fue a finales de abril de 2004 cuando salieron a relucir, en una serie de fotos, los abusos que se cometieron en la prisión iraquí de Abu Ghraib a manos de soldados estadounidenses.
"Algunos individuos trataron de hacernos creer que los abusos cometidos en esa cárcel fueron obra de algunas manzanas podridas que actuaban por su cuenta, pero ahora sabemos mejor la verdad", aseguró el senador demócrata.
En la audiencia, Levin enfatizó que varios abogados militares habían presentado enérgicas objeciones antes de que fueran autorizados estos métodos de interrogación que, paradójicamente, fueron sacados de un programa de entrenamiento a las fuerzas especiales para aguantar torturas si eran capturados por países que no respetaban la Convención de Ginebra.
Funcionarios del gobierno de este país -sentenció Levin- idearon esas técnicas agresivas, "las manipularon a su antojo para darle apariencia legal y luego autorizaron su ejecución".
El ex consejero general del Pentágono, William Haynes, quien renunció a su puesto en febrero pasado, fue llamado a testificar porque había asegurado antes que fueron los militares en Guantánamo los que pidieron técnicas más estrictas para poder interrogar a los prisioneros que no querían colaborar.
"Sin precauciones"
Pero en los documentos que se mostraron en la audiencia quedó en claro que fue antes, en las oficinas de Rumsfeld, que se comenzó a planear un manual.
Estas técnicas, cuyo uso ha sido defendido por algunos funcionarios del Pentágono como necesarias para obtener información de los detenidos, incluyen tormento de toca, privación de luz y de sonido, mantener a los detenidos largo tiempo en la misma posición, desnudarlos y amedrentarlos con perros.
"Cuando estaban analizando la legalidad de estos métodos, como abogados, ¿no se les ocurrió pensar que una palabra puede hacer toda una diferencia? ¿Cómo permitir que a los detenidos se les quite la ropa y se usen perros?", expresó con molestia durante la audiencia la senadora demócrata Claire McCaskill.
Ante este tipo de lenguaje, la legisladora opina que no se tomaron las precauciones necesarias para evitar los abusos que luego se vieron en Abu Ghraib.
La investigación del Congreso, para lo que convocó ésta y otras audiencias, concluye a finales de año.
Pese a la presión que pongan los legisladores, es difícil que haya un cambio de política. El presidente George W. Bush ha asegurado todo el tiempo que su país "no autorizó, ni autorizará, la tortura".
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